Síntomas poco conocidos de un infarto de miocardio

Última actualización: 20, julio, 2022 -

Infarto

El infarto de miocardio, también conocido como ataque cardíaco, es una afección potencialmente mortal causada por la interrupción repentina del flujo sanguíneo al músculo cardíaco (miocardio).

El infarto de miocardio generalmente resulta de una arteria coronaria bloqueada. El bloqueo puede ser causado por placa de ateroma, una formación compuesta principalmente de lípidos, colesterol y desechos celulares. La placa de ateroma ocurre en personas con una dieta alta en grasas, exceso de grasas no saludables y carbohidratos simples. Esta condición se llama aterosclerosis y es una de las principales causas de infarto de miocardio.

Factores de riesgo

Un desencadenante importante del infarto de miocardio, así como de otras afecciones cardíacas , es una dieta rica en grasas. Los alimentos altamente procesados, fritos y ricos en grasas conducen a la aterosclerosis con el tiempo. La aterosclerosis es el depósito de grasa en las arterias, alterando su estructura y función. Por lo general, las personas diabéticas u obesas también tienen aterosclerosis, por lo que existe el riesgo de sufrir un infarto.

Además de una dieta hiperlipidémica poco saludable, los siguientes factores aumentan significativamente el riesgo de sufrir un infarto:

Presión arterial alta. Al ser una afección arterial, puede causar aterosclerosis o empeorar una aterosclerosis existente. La presión arterial alta afecta a todas las arterias del cuerpo, incluidas las arterias grandes (arterias ilíacas, fémures, aorta).

Hiperglucemia. El exceso de glucosa en la sangre se convierte en una sustancia irritante que destruye la estructura de los vasos sanguíneos, incluidas las arterias coronarias (arterias del corazón). La hiperglucemia es característica de las personas diagnosticadas con diabetes. De fumar.

Fumar cigarrillos aumenta significativamente el riesgo de infarto de miocardio, así como de otras afecciones cardiovasculares. El riesgo es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados por día, respectivamente a la cantidad de años que fumó.

Envejecer. El riesgo de sufrir un infarto aumenta con la edad. Los hombres son más susceptibles después de los 45 años, mientras que las mujeres se vuelven más susceptibles después de los 55 años.

Sexo. Los hombres no solo tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, sino que las experimentan más temprano en la vida como adultos jóvenes.

Historia familiar. Seguro que tienes más posibilidades de sufrir un infarto si tienes casos en tu familia, sobre todo en los de primer grado 45 años. En estos casos, asegúrate de realizarte controles cardiológicos periódicos y evita los factores de riesgo.

Estrés. Aunque no hay evidencia clara, el estrés en la vida cotidiana, pero también los episodios agudos de estrés y los eventos con un fuerte impacto emocional, pueden aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares, incluido el infarto de miocardio. Reducir el estrés y la ansiedad crónica promueve la salud cardiovascular.

Sedentarismo. Inactividades la falta de actividad física a largo plazo. Las personas sedentarias son propensas a la aterosclerosis y la obesidad, pero también a la disfunción cardíaca individual, debido a la falta de entrenamiento del músculo cardíaco. Todos estos factores aumentan el riesgo de infarto de miocardio.

El consumo de drogas. El uso de ciertas sustancias de abuso, como la anfetamina o la cocaína, afecta el sistema cardiovascular. Además, el uso ocasional o crónico de drogas impacta negativamente en la salud general, afectando todos los sistemas y órganos.

Preeclampsia. Si tiene antecedentes de preeclampsia o cualquier aumento de la presión arterial durante el embarazo, pueden aumentar el riesgo de sufrir un infarto de miocardio en el futuro.

Recuperación del infarto de miocardio

Después de un infarto de miocardio, el músculo cardíaco (miocardio) se daña y el tejido y la vascularización sufren cambios en un área determinada. Esto puede afectar la frecuencia cardíaca, la fuerza de contracción y eyección de la sangre, pero también puede afectar la vascularización periférica, como la vascularización renal.

La recuperación de un infarto de miocardio consiste en acciones que ayudan a prevenir otro infarto en el futuro. Estos factores también ayudan a mejorar la salud cardiovascular, pero también la salud en general.

Hable con su equipo de atención médica y establezca un programa de ejercicio adecuado. En función de la edad, el sexo y el estado de salud, la actividad física será de un determinado nivel y frecuencia. En general, para mejorar la función cardíaca, se recomienda ejercicio ligero regular, idealmente todos los días, durante 30-45 minutos cada uno. Además, inmediatamente después de un ataque al corazón se evitarán algunas actividades extremas y pesadas que requieren mucho esfuerzo.

Otros cambios en el estilo de vida. Estos cambios están destinados a reducir y eliminar el sedentarismo. Una dieta saludable, actividad física regular, dejar de fumar y reducir el estrés diario son cambios beneficiosos para reducir la incidencia de un nuevo infarto. Puedes acudir con confianza a un nutricionista-dietista e incluso a un entrenador personal o fisioterapeuta para mejorar tu forma física.

Medicación correcta. La administración estricta de los medicamentos recetados por su médico mejorará su función cardíaca a largo plazo. No se recomienda autoadministrarse medicamentos para el corazón, sino únicamente los recomendados por el médico, en las dosis indicadas por él.

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